Domingo, 26 de Mayo de 2013
En la divisioria de la Valdorba y la Vizcaya se encuentra el Monte Julio. Tiene 998 m de altitud, 8 más que la Peña de Unzué, pero como su cima está oculta por la vegetación, es muchísimo menos conocido que la Peña.
Aprovechando que salgo solo, voy hasta Olleta en el coche. Merece la pena recorrer los 16 kms que separan este bello pueblo de Tafalla, si luego se puede subir a Julio.
Son las 08,00 horas. Magán marca 5º y la farmacia 4º. En el cielo no hay ni una sola nube.
08,20 horas. Aparco en la plaza de Olleta. Cruzo un viejo puente y por la parte delantera de la iglesia comienzo a subir.
Tengo bajado un recorrido de Wikiloc que da una vuelta por los montes cercanos al pueblo, pero hoy, aprovechando parte del itinerario, voy a subir hasta la cima y volveré a Olleta.
Abandono enseguida la pista blanca que lleva a los molinos al salir de la población. Un camino ancho y antiguo asciende en fuerte pendiente. A mi izda. el hilo del pastor eléctrico indica que al otro lado hay ganado suelto.
A media ladera, en el N., la Higa de Monreal se asoma imponente sobre los montes y campos de la Valdorba, que han estallado en una explosión de colores.
En el S. el Moncayo, completamente nevado, tampoco quiere perderse el espectáculo. En el S.E. cuando termina el Chuchu, el Santuario de Ujué se deja ver intimidado por sus dos gigantones vecinos.
Salgo a la pista junto a los molinos. Haciendo un tobogán, me lleva hasta la inmediaciones del Julio.
Decido seguir adelante.
Hoy está el día para llegar hasta dar vista al Pirineo.
10,00 horas. En la orilla hay unas piedras de gran tamaño. Me siento y saco el almuerzo. Tengo enfrente la Peña de Izaga. En esta soledad y con un día tan claro, Izaga impone. A su dcha., más lejano, el Orhy resplandece con su blancura.
El bochorno frío me obliga a ponerme ropa. Los molinos, con sus cabezas mirando al S., mueven monótonamente sus aspas. El silencio es absoluto.
Regreso con intención de subir a Julio.
La cuesta que he bajado se hace dura. Cuando estoy arriba, veo un camino a la izda. que se adentra en el monte.
10,20 horas. Entre bojes y robles, el buzón que puso el Anaitasuna en 1990 espera a que algún paseante como yo le haga una visita.
Hace más de veinte años que no estoy aquí.
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Las vistas hacia el N.E. son espectaculares. El pirineo en los días claros como hoy se muestra blanco y gélido. En la lejanía también se distingue la Peña de Oroel. Es un privilegio estar aquí.
Inicio el regreso. Prefiero seguir por la senda marcada entre el arbolado. Podría bajar de nuevo a la pista de los molino,s pero caminar entre tanta vegetación es un verdadero placer.
La senda desciende hasta encontrarse con la pista. Vuelvo hacia el pueblo por el camino que he traído.
Hasta donde me alcanza la vista distingo la sierra de Codés, Montejurra y muy a la dcha. San Donato.
Cuando paso una pequeña loma, en el fondo del valle, vuelve a aparecer Olleta cobijada entre sus característicos chopos.
"Decía un antiguo cartero del Valle, el Sr. Félix, entre vaso y vaso de vino que le ofrecían en los pueblos de su pertenencia carteril o, mejor dicho, Distrito Postal, que Olleta era el pueblo de los Tres puentes y Dos ríos.
Pero hoy, mucho más que todo eso, el pueblo es el guardián y el cuidador de su hermosa, bonita, valiosa y restaurada iglesia románica" (Pedro María Flamarique)(La Valdorba de arria a abajo)
Son las 11,30 horas. Entro en el pueblo y rodeo la magnífica iglesia dedicada a La Asunción. Es una joya del románico. Está cerrada. Lástima.
Cruzo el río por el otro puente. Este lugar tiene un encanto especial.
Cuando llego a la plaza, el dueño de la casa junto a la que he aparcado está sentado en un banco al sol.
El día está inmejorable aunque para la tarde anuncian lluvias.
Este es el enlace para ver el recorrido de hoy
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