lunes, 8 de julio de 2013

Santa Ágata-Basagaz-Alto de la Maquesa






Domingo, 7 de Julio de 2013

El calor ha llegado. Ha tardado pero se está haciendo notar. Hoy nos vamos a la Valdorba en busca de algo de frescura. Dos veces se nos ha resistido el monte Basagaz, frente a Iracheta, pero hoy lo vamos a subir. 
Un tal Itxas-Argia, que supongo que será un seudónimo, tiene colgado en wikiloc el itinerario: Basagatz - San Pelayo. 
El monte Basagaz en realidad es el monte Uzquita y tiene 989,8 mts de altitud.
Son las 08,15 horas. Magán marca 21º y la farmacia 20º. Hoy salimos un cuarto de hora más tarde porque el toro de Alcurrucén por poco no entra en la plaza.
A las 08,45 horas aparcamos en la entrada del Señorío de Iriberri. 



Una vez pasada la puerta metálica nos encontramos con dos caminos. 
El de la dcha. pasa junto a las ruinas del Señorío y el de la izda., junto a unos restos de construcciones, asciende hasta una langa que pasamos.  




La cuesta que tenemos por delante es larga y pesada. El suelo, por las abundantes lluvias, está descarnado. A ambos lados los bojes conviven con los pinos de repoblación. El día viene fuerte de calor, pero la sombra de los árboles alivia  el caminar. 
Cuando llegamos al final del camino, el Gps nos obliga a tomar una senda pequeña que nos introduce en el bosque.
A partir de aquí la excursión comienza a complicarse. Si no llevas la ayuda que  llevamos nosotros y no eres un gran conocedor de la zona, es imposible llegar a nuestro primer objetivo: Santa Ágata.
Cruzando una alambrada, salimos a un campo de labor donde la hierba nos llega a las rodillas. 
El calzado se humedece en los sombríos.
Salimos a una isleta con varios árboles y desde allí, cruzando dos o tres piezas, llegamos a Santa Ágata. 




Son las 09,55 horas. En lo que sería su cima, han colocado un montón de piedras. No tiene buzón pero, aprisionada entre dos piedras, los miembros de un club de montaña han dejado su tarjeta.
Miramos al fondo del valle y descubrimos Uzquita. El pueblo, pequeño y recogido, parece abrumado ante la proximidad de la Higa de Monreal y de la Peña de Izaga. 

"Caminando, ahí está Uzquita. Una familia vive su soledad y nadie le roba la paz. Ni el perro, mi perro que lo sabe, ladra. Ni el caminante, que soy yo, molesta. Es mañana de poco hablar. El camino va entre encinos y coscojos. Arriba hemos dejado algún roble. Nuestro andar es como un examen de reválida de la rica flora valdorbesa. He visto algunos pinos rojos, silvestres. Más rojos todavía en estos días otoñales. Pequeños enebros, tomillos y espliego. Los avellanos, tan buscados por los pastores y antiguos cabreros, para sus célebres varas..." (P.M. Flamarique)(La Valdorba de arriba a abajo)





Pasamos junto a un corral en ruinas y salimos al camino blanco que sube del pueblo a los molinos y que, por la transformación que ha supuesto la instalación de los parques eólicos, enlaza, más adelante, con Amatriain y Amunarrizqueta.  
Cuando se llega a lo más alto de este nuevo camino, el "aparato" nos dice que tenemos que introducirnos en el monte pasando por lo que queda de una antigua borda. 




10,20 horas. Monte Uzquita o Basagaz. El vértice geodésico está junto a unos robles y bojes. Paramos a almorzar. Mientras le hincamos el diente a los bocatas, nos acordamos de los dos intentos que hicimos para llegar hasta aquí. Una vez desde Iriberri y la otra desde Iracheta. Nos resultó imposible y, hoy, si no hubiéramos venido "guíados" tampoco lo hubiéramos conseguido. 

Salimos al camino principal. Desciende hasta una vaguada. Cuando llegamos a  lo más alto de una curva hay que subir hasta un solitario molino.




10,55 horas. Como en Santa Ágata, un humilde montón de piedras indica la cima del Alto de la Marquesa. Tiene 986 mts. de altitud. 
El camino desciende hasta el último molino y enlaza con un camino viejo que nos introduce en el bosque.


Pero antes una víbora de gran tamaño está tumbada al sol sin percatarse de nuestra presencia. Cuando la toco con la punta del bastón, se pone tensa y levanta la cabeza amenazante. 

Llegamos al arbolado. Hace calor pero en este lugar, caminando en medio de un tupido bosque de bojes, robles y arces, la frescura te hace respirar profundamente. 
Cuatro o cinco vehículos todo terreno pasan a nuestro lado. Van todos llenos y sus ocupantes nos saludan con curiosidad. 
Cuando el camino se pone ligeramente cuesta arriba, a nuestra izda., aparecen las únicas hayas que hemos visto en todo el recorrido.




Este camino tan agradable desemboca en la pista de otro parque eólico. 
11,30 horas. Llegamos a un cruce de caminos bien señalizado. A la dcha. sale el que desciende a Amunarrizqueta. El del frente nos lleva a San Pelayo y el de la izda. baja a Amatriain. 
Aunque el recorrido que llevo grabado nos sube a San Pelayo, decidimos acortar el paseo y bajar por el de la dcha. 
La pendiente es impresionante. Si se nos hubiera ocurrido hacer el recorrido a la inversa, en estos momentos estaríamos medio muertos.


11,55 horas. A la izda. hay una balsa que refresca la vista. Junto a ella, en un trozo de tierra sin hierba, tres ranas de un verde claro intenso dejan pasar las horas sin preocuparles ni la crisis, ni el empleo, ni nada de este mundo. Nos quedamos observándolas. Cuando les incordiamos, con un formidable salto, se lanzan al agua.
Seguimos descendiendo. Unos ladridos roncos nos ponen en guardia. Un enorme mastín está suelto en el camino. 
Cuando estamos cerca, se aparta, como asustado, a la orilla y nos mira con sus ojos tristes. No las tenemos todas con nosotros, pero nos hacemos los valientes. 
Cuando le damos la espalda, nos vuelve a ladrar roncamente y no sabemos si son ladridos de despedida o si ha descubierto nuestro miedo. 




12,30 horas. Llegamos a Amunarrizqueta. La vieja iglesia nos ve pasar sin detenernos. Hemos tenido la precaución de llevar el doble de agua que otros días, pero aún así el calor comienza a hacer mella. 

Salimos a la carretera. El coche se ha quedado en Iriberri y hay que ir a por él. Tenemos por delante unos veinte minutos. 
Poco antes de iniciar la cuesta que lleva hasta el cementerio de Iracheta hay un cartel indicador de un puente románico. Nunca nos habíamos parado al pasar en coche, así que decidimos echarle un vistazo. 



12,45 horas. Está totalmente rehabilitado. Es una pequeña joya. Por su único arco, el río Cemborain fluye desde los Altos de Leoz e Iracheta. 
Salimos a la carretera y llegamos a la puerta de Iriberri. Son las 13,00 horas. 
Cuando volvemos miramos por las ventanillas a Basagaz y La Marquesa. Ha sido una excursión preciosa a 25 minutos de Tafalla. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy

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