lunes, 1 de julio de 2013

De Valditrés a la Lagunilla de Cascarruejos






Domingo, 30 de Junio de 2013

En la zona más occidental de Tafalla, en el término de la Sarda, junto a la Cañada Real de las Bardenas a la Sierra de Andía, se encuentra la laguna o lagunilla de Cascarruejos. Se recuperó hace dos años y se ha conseguido llenar este invierno. 
Nos vamos a dar un paseo por allí para ver el espectáculo de una balsa de esas dimensiones. Se estima que, cuando está como ahora, tiene una extensión de unas 5 Ha.
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 15º. Sopla un fino cierzo que hace el día llevadero. 
Con el coche nos acercamos a Valditrés y salimos hacia Candaraiz. 
08,15 horas. El campo en Valditrés está exuberante. La hierba alta y tupida convierte todo el terreno en un inmenso prado. El murmullo del agua interrumpe el silencio en su discurrir por el barranco de Valditrés. 






Dejamos el camino de la izda. para cruzar el abundante caudal de agua que corta el paso a la Cantera de Ros. 
08,35 horas. En su base, seguramente convertida en una balsa oculta por la vegetación, el croar de las ranas anuncia que los días venideros van a ser calurosos. 
El camino nos lleva, en suave pendiente, a dar vista a Candaraiz.






A la izda. el Corral de la Escolara no pierde detalle de nuestros pasos. 
Cuando el sendero tuerce a la dcha. se abre el paisaje. Al fondo, el Moncayo tiene todavía un pequeño nevero en su cumbre. Debajo de la Escolara, el caserío de Eulalio sestea al abrigo de las laderas de Candaraiz. 
El camino continua recto en dirección O. 
Al llegar a uno nuevo, lo tomamos y seguimos hacia el N. 
Cuando pasamos por aquí, en otra ocasión, Juanjo bautizó este lugar como "la Toscana de Tafalla". La repoblación de coníferas se hizo de forma que los cipreses y los pinos formaran una hilera que recuerda esos paisajes. 
Por ese camino nuevo llegamos hasta una construcción reciente. 
Marcos está preparando la recogida de la alfalfa. Nos cuenta que en la lagunilla, a primera hora, se pueden ver manadas de patos que salen espantados cuando se ven descubiertos. 




El camino desemboca en la Cañada Real. Torcemos en dirección S. y llegamos a Cascarruejos. Son las 09,45 horas. 
"De 1904. El día 11 a las 4 de la mañana, saldrán los pastores con el ganado que ha de lidiarse en esa Plaza el día 16. Van los mismos novillos que eligió la Comisión y en vez de 14 vacas van 12 y 2 capones que supongo gustarán. A los pastores se les abonará un duro diario y el Ayuntamiento pagará los gastos que ha de satisfacer por la Cañada" (J.M. Urroz Cabodevilla y P.M. Flamarique)(En el Centenario de la Plaza de Toros de Tafalla).

Por un camino viejo, junto al pinar, la rodeamos y en un abrigo del cierzo paramos a almorzar. Los mosquitos se ceban con nuestras piernas. El agua está remansada y los carrizos van apoderándose del lecho. 
En la pieza de al lado, los aspersores están regando sin parar. Los nuevos cultivos de La Sarda necesitan agua. El maíz, las vezas o los guisantes son plantas con mucha sed. 
Seguimos orillando los pinos. Los campos de cebada amarillean. Debajo de los árboles, la hierba abundante y fresca es un regalo para la vista. 
Cuando pasamos de la sombra al sol, la temperatura asciende rápidamente. El cierzo es una brisa. El campo reposa tranquilo agradeciendo el final de las lluvias. En los cantillos los romeros comienzan a florecer. Al frotar las manos en sus ramas, te regalan su aroma auténtico. 



10,45 horas. Descendiendo junto a los sembrados, llegamos al cogote peculiar de este lugar. La próxima vez que pasemos por aquí hemos de subir a su cima. 
Salimos al camino que hemos llevado al principio. 
Antes de volver al coche, entramos a la Cantera de Ros y nos acercamos a ver la fuente de Valditrés. 
Imposible encontrarla. La vegetación la tapa por completo. Una multitud de cardos recios y altos muestran sus espinas amenazantes. Se diría que son los guardianes de la fuente. 
Por el otro lado del barranco, con algunos tramos de mal andar, salimos de nuevo al camino. 
11,30 horas. Llegamos al coche. En todo el trayecto sólo nos hemos encontrado con un caminante y dos muchachos en bici. 
En la ladera de Beratxa, los tomillos y las ilagas se agarran desesperadamente  a la tierra caliza. En el pinar de Porputiain impera el silencio. 


Este es el enlace para ver el recorrido de hoy. 



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