lunes, 20 de enero de 2014

De Margalla al Quiñón





Domingo, 19 de Enero de 2014


Cuando se pone de aguas hay que tener siempre un paseo en la "recámara". Con el regusto del concierto de La Banda quedamos para hoy en hacer, casi con toda seguridad, una urbanita. 
Si sale lloviendo, callejear por Tafalla también tiene un gran atractivo, sobre todo cuando pasamos el año por el campo. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 4º y la farmacia 2º. El cielo está casi despejado porque en alguna zona quedan unas nubes pardas, que son más de frío que de agua. 





Salimos hacia el Alto de las Cruces. Veremos cómo se presenta el día y, también, cómo está el suelo. 
Juanjo conoce el lugar exacto donde se encuentra la antigua ermita dedicada a San Cristóbal. Tiene la entrada, por seguridad, tapada con tierra. 
De la cooperativa del cereal tomamos el camino que sube al pinar.







08,15 horas. En la ladera, junto a los pinos, la hierba se ha apoderado del entorno. 
Juanjo nos señala el lugar. A simple vista es irreconocible. Nos comenta que él ha llegado a ver la cripta, que tiene una escalera de caracol, algo insólito en este tipo de construcciones. 



En los alrededores queda alguna baldosa rojiza que perteneció al suelo de la ermita. 
Hace pocos años, desde el Ayuntamiento, con aquel programa de "Tú eliges, tú decides", se proyectó hacer una rehabilitación del lugar. 
La crisis y otras circunstancias se llevaron por delante la posibilidad de recuperar este espacio tan singular de nuestro patrimonio. 
Toca esperar tiempos mejores. 
Damos una vuelta al montículo. 






Antes de llegar a la gravera, vemos el lugar donde se encontraba la antigua champiñonera. 
Recuerdo haber entrado alguna vez con mi padre en aquellas bóvedas húmedas y oscuras. Me quedaba sin habla viendo el milagro del crecimiento de los champiñones en los cepellones. 





08,40 horas. Nos acercamos al campo de tiro. El edificio ha sufrido los estragos del paso del tiempo y del vandalismo. Las instalaciones se hicieron con mucho entusiasmo pero, después de unos años de actividad, se abandonaron. 
Si no recuerdo mal, en la semana prefiestas de hace unos cuatro años, se hizo un campeonato de tiro al plato. 
Por el lado O. bajamos a una pieza. En el pinar están haciendo limpieza. Los troncos esperan desparramados por toda la ladera a que la máquina los apile. 


Juanjo cuenta los anillos de un ejemplar bastante gordo. Unos 70 años, más o menos. 
La pieza, sembrada de cebada, está impracticable. Caminamos por la orilla. La tierra arcillosa se pega a nuestros pies multiplicando el peso varias veces. 
Salimos junto al cementerio.



En el lado N. del Campo Santo hay una pequeña balsa que está seca. Al otro lado, una pequeña puerta metálica cierra un pasadizo bien construido en piedra, que es el desagüe de la balsa. 




¿Estaremos en lo que se conoció como la Fuente de Margalla? 
Jimeno Jurío la cita en varios documentos.

Por la trasera del cementerio salimos al camino y nos dirigimos hacia el Carasol de la Celada. No vamos a subir al cerro. 
Torcemos a la izda y llegamos a las Badinas. 



Desde el Plano, la niebla empieza a adueñarse del lugar. 
Al N. en Echagüe, a los pies de la Peña de Unzué, la nieve destaca en la negrura del monte. 

09,50 horas. Junto a unos olivos de plantación ecológica, paramos a almorzar. Cada vez tenemos la niebla más cerca. Algunos cazadores se repliegan hacia los coches que están aparcados cerca. La temperatura baja bruscamente. Hace frío. 



Seguimos caminando. El barranco que viene de las Badinas vierte sus aguas al Abaco y juntos van buscando el Cidacos a la sombra de la Ermita de San Gregorio. 
Orillamos una pieza y salimos encima de Las Hoyas. 



10,20 horas. Tomamos el camino que está junto a la puerta del Club nocturno y hacemos una breve visita al depósito de aguas de nuestros vecinos de Olite. 
Bajamos a la carretera general y, a un lado de Luzuriaga, entramos en el camino de Gerón buscando el río. 
Un cachorrillo abandonado nos ve y se pone a juguetear con nosotros. Avanzamos un tramo en dirección S. y, por una senda que lleva a un pequeño huerto, salimos a la pasarela. 




10,55 horas. La cruzamos. El cachorrillo no puede subir los escalones metálicos y nos mira desde la otra otra orilla con cara de resignación. 
Por la pequeña senda que está escondida en el zarzal, salimos al maizal que está cosechado. 
Nuestros calzados agradecen los tallos cortos y duros del maíz. El poco barro que les quedaba se queda agarrado entre la hojarasca. 
Salimos al camino de la Recueja. 
Por buen piso pasamos debajo de la autopista y torcemos a la izda. 
Quiero enseñarles a mis acompañantes el rincón del Quiñón con aspecto de jardín inglés. 
Pero me lío y terminamos de nuevo debajo de San Gregorio. Volvemos sobre nuestros pasos y preguntamos. 
Gómez tiene el huerto en Larrain. Nos indica una pequeña puerta metálica, en la valla de la autopista, que nos dará acceso a la rotonda grande de la Tafallesa. 
Nos invita a entrar en el huerto y nos lo enseña. 
Lo tiene hecho un primor. Es un manitas y, desde la depuradora de agua para la pequeña piscina, hasta el compostero lleno de lombrices, todo se lo ha hecho él. Nos enseña el invernadero y las fosa sépticas. La caseta y el asador. 
Salimos de nuevo al camino y, por la puertica, conseguimos llegar a la rotonda. 




12,10 horas. Término del Quiñón. Los huertos se suceden unos a otros. Entre los chopo,s la finca cuidada y limpia de la primavera tiene ahora un aspecto de abandono. No hay nadie. 
Damos una vuelta por su interior. Se aprecian los trabajos de recogida de hojas y el podado de los setos. En unos meses volverá a tener todo su esplendor. 

"Como final mencionaremos algunos pregones curiosos, rigurosamente verídicos y publicados en Tafalla:
- El que haya recogido un collerón de burro que lo deje donde estaba, porque su dueño lo necesita.
- El que haya recogido una laya de un "güerto" de Barranquiel, que la devuelva, o venga a por la otra. 
- El que tenga en su poder una máquina de "sulfatiar" y no sea suya, que el dueño no recuerda a quién se la dejó hace un año, si ha terminado con ella que la devuelva a su dueño, si no, se reclamará por hurto. 
- El que se llevó una escalera de clavos, del término del Quiñón, que la deje donde la cogió, que el dueño ya sabe quién la tiene.
     
   En una ocasión desapareció "un cuarto" de cordero que estaba a la fresca en una ventana. Al día siguiente se publicaba este pregón: Se pone en conocimiento de los que se llevaron ayer un cuarto de cordero de una ventana que se acuerden de su dueño y le conviden a la merienda" (José Menéndez)(Retazos de historia tafallesa)

Salimos, orillando algunos huertos, al camino principal. Saludamos a dos hortelanos y llegamos a la carretera general. 
Por la trasera del Huerto del Florista, hoy convertido en cuartel, llegamos al pueblo. Son las 12,40 horas
El día ha empeorado. Hace más frío que a la mañana. 
En el campo de hierba artificial, los jugadores golpean con fuerza el balón entre el jaleo del escaso y abrigado público. 
Tafalla se prepara para celebrar mañana a su patrón. 


Este es el enlace para ver el recorrido de hoy



No hay comentarios:

Publicar un comentario